El moñoñongo
Estaban tres náufragos en una isla desierta cuando de pronto los capturaron una tribu de caníbales, de esos de huesito en la cabeza y todo.
Después de amarrarlos cada uno a un poste llega el jefe de la tribu con el primero de ellos y le pregunta: "¿Qué preferir: la muerte o MOÑO?"
Le contesta el otro: "No pos quien sabe que sea MOÑO pero la verdad yo no me quiero morir, así es que MOÑO."
Y en cuanto voltea nomás ve a una fila india del tamaño de la muralla china, larga, larga, nomás se veían los huesitos en la cabeza y de uno por uno van pasando con él y MOÑO-MOÑO-MOÑO, MOÑO-MOÑO-MOÑO, MOÑO-MOÑO-MOÑO...
Después de varias horas llega el jefe con el segundo y le hace la misma pregunta: "La muerte o MOÑO?"
Le responde: "No pos la verdad, yo tampoco me quiero morir, pos nimodo, MOÑO", y no acababa de voltear cuando ya estaban todos ahí y MOÑO-MOÑO-MOÑO, MOÑO-MOÑO-MOÑO, MOÑO-MOÑO-MOÑO...
Llega el jefe con el terc! ero de ellos y le hace la misma pregunta: "La muerte o MOÑO?"
"No, que MOÑO ni que nada", le dice el tercero, "yo soy muy hombre, a mi no me vengan con sus puterías, a mí mátenme, yo quiero la muerte."
Y le dice el jefe: "Estar bien, si querer la muerte, tendrás la muerte pero primero MOÑO-MOÑO-MOÑO, MOÑO-MOÑO-MOÑO, MOÑO-MOÑO-MOÑO..."
Estaban tres náufragos en una isla desierta cuando de pronto los capturaron una tribu de caníbales, de esos de huesito en la cabeza y todo.
Después de amarrarlos cada uno a un poste llega el jefe de la tribu con el primero de ellos y le pregunta: "¿Qué preferir: la muerte o MOÑO?"
Le contesta el otro: "No pos quien sabe que sea MOÑO pero la verdad yo no me quiero morir, así es que MOÑO."
Y en cuanto voltea nomás ve a una fila india del tamaño de la muralla china, larga, larga, nomás se veían los huesitos en la cabeza y de uno por uno van pasando con él y MOÑO-MOÑO-MOÑO, MOÑO-MOÑO-MOÑO, MOÑO-MOÑO-MOÑO...
Después de varias horas llega el jefe con el segundo y le hace la misma pregunta: "La muerte o MOÑO?"
Le responde: "No pos la verdad, yo tampoco me quiero morir, pos nimodo, MOÑO", y no acababa de voltear cuando ya estaban todos ahí y MOÑO-MOÑO-MOÑO, MOÑO-MOÑO-MOÑO, MOÑO-MOÑO-MOÑO...
Llega el jefe con el terc! ero de ellos y le hace la misma pregunta: "La muerte o MOÑO?"
"No, que MOÑO ni que nada", le dice el tercero, "yo soy muy hombre, a mi no me vengan con sus puterías, a mí mátenme, yo quiero la muerte."
Y le dice el jefe: "Estar bien, si querer la muerte, tendrás la muerte pero primero MOÑO-MOÑO-MOÑO, MOÑO-MOÑO-MOÑO, MOÑO-MOÑO-MOÑO..."
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